domingo, 1 de febrero de 2009

LA DEMOLEDORA, SERENA WILLIAMS...


Demoledora se vio la estadounidense Serena williams al destrozar a la rusa Dinara Safina en el abierto de australia.


El ser humano no fue construido para sufrir una decepción de madrugada. Por la tarde, vaya y pase: uno está más entero, más despabilado, más alerta. Tiene armas con las que combatir el abatimiento o la soledad punzante que deja todo desengaño. Pero recién despierto, con la cara adentro del café y la pasta de dientes todavía eroscada en la parte alta del pijama, no.
Hoy nos despertamos. Hablo por mí y por todos los fanáticos latinoamericanos del tenis que no tuvimos la suerte de ir a Melborune. Nos pusimos la alarma del reloj media horita antes, por las dudas, y nos clavamos uno de esos fiascos olvidables que hacen del tenis femenino un espectáculo tan irregular.


¿Qué pasó? Serena aplastó a Safina. Sí, pero, ¿qué pasó?
No puedo estar muy seguro. Quizá la hermana Williams se encontró con un día inspirado. Quizá -como ya dije antes- encontró una naturalidad superadora.
Sin embargo, la sensación general después de esos casi 55 minutos de juego tienen que ser aproximadamente unánimes: algo anduvo mal con Dinara. La muchacha nos había prometido muchas cosas. Tomar la inciativa, por ejemplo, como lo había hecho contra Zvonareva. O luchar hasta el final, como en el duelo ante Cornet -uno de los mejores del torneo- cuando estuvo 5-2 abajo en un tercer set que terminó en su poder. O bien sacar su autoridad a relucir en momentos complicados, como pasó en el juego ante Dokic.
Pero no, nada, viejo. Nada de nada. Safina no estuvo. Safina -grita la maestra-. Ausente -completan los compañeros de clase-. Faltó a clase. Le faltó clase.
Me puso mal: quería pelea. No me importaba quién ganara, quería un gran perdedor, el mejor vencido. Y a una campeona agigantada por esa circunstancia. Pero dicen que la calma viene antes y después del huracán. Después de Verdasco-Nadal y antes del relámpago máximo: Roger-Rafa. Ojalá que ellos no fallen.
¿Hay consuelo para Safina? Calculo que uno: ella sabe que el nivel que mostró no es su nivel real. No es que Serena tiene una diferencia tenística insalvable con ella. Sí es cierto que hoy la superó sin dilaciones y sin contratiempos, con la cabeza y con la raqueta. Pero Safina puede más: ella lo sabe.
En mi cabeza, hice un breve repaso de finales aburridas de este Grand Slam de los últimos años. Recordé aquella que la propia Williams le ganó a Sharapova en en 2007 (6-1, 6-2). También la que Henin tuvo que dejar cuando estaba abajo 6-1 y 2-0 contra Mauresmo, en 2006.
Sin darme cuenta, me topé así con otro consuelo para la rusa que hoy perdió, sin más. Y es el siguiente: al finalizar aquellas dos finales, nadie podría haber imaginado que esas jugadoras tenían el temple necesario para jugar (no digamos ganar) la definición de un grande. Hoy nadie puede pensarlo de Safina.
Pero Sharapova se quedó con Australia en 2008, un año después de su propia humillación Williams. Y Henin, después de esa final... bueno, fue Henin.
Que sirva para quien quiera leerlo: se puede volver, no está todo dicho ni todo perdido. Sólo quedó claro que este no era el momento, que no debió haber sido hoy.
Que sirva para Safina que, hablando de costado, silbando bajito, reculando como quien no quiere la cosa, debió haberse acercado a Serena antes de empezar el partido para hacerle un único pedido: "¿Lo dejamos para otro día?".

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